The Taxation of Net Wealth
Tóm tắt
En este artículo se describen las características de un impuesto anual sobre la riqueza neta, y basándose en el análisis de los resultados obtenidos en 14 países, se evalúa su función dentro de la estructura tributaria, particularmente en lo que se refiere a los países en desarrollo. El impuesto sobre la riqueza neta puede ser útil para complementar el impuesto sobre la renta individual, a fin de lograr una mayor equidad en la tributación personal y alcanzar ciertos objetivos sociales y económicos. Dicho impuesto recae directamente sobre la riqueza acumulada; establece una distinción entre los ingresos provenientes del trabajo y los de las inversiones; grava también las ganancias eventuales de capital y la renta imputada de la propiedad; establece una carga igual sobre bienes de idéntico valor, independientemente de su rendimiento; y permite que haya un escalonamiento más progresivo de la tributación. El impuesto sobre la riqueza neta podría servir también como instrumento de reforma para redistribuir la riqueza, evitar la concentración indebida de fortunas, y dar impulso al uso más productivo de los bienes. A pesar de sus posibles ventajas, los países que han adoptado el impuesto sobre la riqueza neta son relativamente pocos. Para que dicho impuesto sea eficaz, se requiere una estructura administrativa altamente especializada y costosa; de no existir este requisito no se podrán alcanzar los objetivos que con él se persiguen; si se adoptara en esas circunstancias traería probablemente consigo nuevas inequidades y otros problemas. Como gran parte de lo que podría conseguirse mediante un impuesto sobre la riqueza neta puede también obtenerse mediante impuestos sobre los ingresos y sobre los bienes, para los países en desarrollo sería quizá más fácil y más realista mejorar sus actuales sistemas de tributación personal en vez de introducir un impuesto nuevo y complicado cuyo rendimiento es relativamente pequeño. De todas maneras, el impuesto sobre la riqueza neta no debe considerarse aisladamente, sino como complemento del sistema general de tributación personal, y especialmente del impuesto básico sobre la renta, y como una forma de mejorar el sistema de impuestos conexos sobre los bienes. La experiencia de algunos países europeos con el impuesto sobre la riqueza neta indica que si se pueden superar las dificultades administrativas que entraña puede desempeñar una función importante en un sistema fiscal moderno.